Cómo hacer un caldo blanco: la receta tradicional de la abuela
El caldo blanco es una preparación básica en la cocina, que se utiliza como base para muchas otras recetas. Se trata de un caldo muy suave y ligero, ideal tanto para tomar solo como para agregar a sopas, cremas y guisos. En esta ocasión, te traemos la receta tradicional del caldo blanco, tal como la hacía nuestra querida abuela.
Ingredientes:
– 1 pollo mediano (preferiblemente de corral)
– 2 zanahorias
– 2 nabos
– 1 cebolla grande
– 3 ramas de apio
– 1 puerro
– 1 hoja de laurel
– Sal al gusto
Pasos para hacer el caldo blanco:
1. Limpia y corta las verduras: Comienza pelando y cortando las zanahorias, los nabos, la cebolla y el puerro en trozos grandes. Asimismo, limpia el apio y córtalo en ramas.
2. Prepara el pollo: Lava bien el pollo y quítale la piel. Si lo deseas, puedes separar las pechugas y muslos para utilizarlos en otros platos. Si usas pollo de corral, asegúrate de retirar cualquier resto de plumas que pudiera tener.
3. Cocina el caldo: En una olla grande, coloca el pollo y las verduras cortadas. Agrega también la hoja de laurel y sal al gusto. Cubre todo con agua fría, aproximadamente dos litros, y lleva la olla a fuego medio-alto.
4. Espuma el caldo: A medida que el caldo comienza a hervir, se producirá una espuma en la superficie. Retírala con la ayuda de una espumadera o cuchara grande para mantener el caldo limpio y sin impurezas.
5. Cocina a fuego lento: Una vez que hayas retirado la espuma, baja el fuego y deja que el caldo blanco se cocine a fuego lento durante al menos 2 horas. Durante este tiempo, los sabores se irán concentrando y el caldo adquirirá su característico sabor.
6. Cuela el caldo: Transcurrido el tiempo de cocción, retira del fuego y pasa el caldo por un colador fino para separar las verduras y el pollo. Presiona con una cuchara para aprovechar todo el líquido y desechar los residuos.
7. Enfriar y guardar: Deja enfriar el caldo blanco antes de guardarlo en recipientes herméticos. Puedes refrigerarlo hasta por 3 días o congelarlo para utilizar en futuras preparaciones.
¡Listo! Ahora tienes un delicioso caldo blanco casero, lleno de sabor y perfecto para añadir a tus recetas favoritas.
Consejos adicionales:
– Puedes añadir otras hierbas aromáticas como tomillo, perejil o romero para darle un toque de sabor extra.
– Si lo prefieres, puedes utilizar solo vegetales para hacer un caldo blanco vegetariano. Simplemente omite el pollo y sigue los mismos pasos con las verduras.
– No dudes en ajustar la cantidad de sal según tus preferencias personales. Recuerda que es mejor quedarse corto y rectificar después, ya que el exceso de sal puede arruinar todo el caldo.
El caldo blanco es un ingrediente versátil que puedes utilizar en infinidad de recetas, desde sopas y cremas hasta guisos y arroces. Además, al hacerlo en casa, puedes asegurarte de que esté libre de conservantes y aditivos innecesarios. Sigue esta receta tradicional y disfruta del auténtico sabor casero que solo el caldo blanco puede ofrecerte. ¡Buen provecho!