Recetas de pechuga de pollo
Diga adiós a las ensaladas tristes a la hora de cenar. Estas guarniciones son mucho mejores y combinan a la perfección con tu cena favorita hecha con pechugas de pollo. Tanto si asa el pollo como si lo hace a la parrilla o a la plancha, estas guarniciones casi sin esfuerzo -desde las clásicas como el puré de patatas casero y los espárragos asados hasta las nuevas y creativas como el horneado de calabacín con queso y la ensalada de pepino y tomate- harán que la hora de la comida sea mucho más sabrosa. Además, la rapidez de preparación y la escasez de ingredientes hacen que estas recetas sean muy fáciles de preparar para que puedas sentarte a cenar más rápido.
Si vas a asar tus pechugas de pollo, ahórrate algo de tiempo y asa las verduras en la rejilla inferior mientras el pollo se cocina. Recetas como las coles de Bruselas asadas o las patatas asadas son excelentes opciones.
Para el pollo frito o al horno, los clásicos como el puré de patatas o las medias lunas de mantequilla al ajo siempre triunfan. Lo mismo ocurre con los guisos de pollo salseados (porque ¿a quién no le gusta un poco más de salsa con sus patatas y sus medias lunas?).
Sin embargo, no hay reglas rígidas. Una de las grandes ventajas de las pechugas de pollo es su versatilidad: combinan con casi todo. ¿No ve nada que le guste en esta lista? Pruebe estos sencillos platos de acompañamiento.
Recetas saludables con pollo
Hay muchas formas de evitar el temido sabor a pollo seco. Taste of Home sugiere poner el ave en salmuera para infundirle más sabor y humedad antes de cocinarla, y The Kitchn recomienda elegir el corte del pollo con cuidado y optar por muslos de pollo si eres propenso a cocinarlo demasiado. Si quieres pechuga de pollo, machácala para que tenga el mismo grosor y se cocine uniformemente. Cubrir el pollo también es una buena idea porque así mantendrá la humedad en la sartén y garantizará un plato principal jugoso. Y lo que es más importante, utiliza un termómetro para asegurarte de que el pollo alcanza una temperatura segura de 165 grados, y también de que no se pasa.
La retrospectiva es 20/20. Y, como se suele decir, “la vida pasa”. Así que, a veces, puedes acabar con pollo que accidentalmente está demasiado hecho. Por suerte, si se le reseca el ave, hay algunos métodos que pueden hacer que su pollo pase de reseco a perfecto.
Cortar o desmenuzar las sobras de pollo es el primer paso para devolver la humedad a un ave reseca. Según The Cold Wire, cortar la proteína demasiado cocida permitirá que cualquier líquido que utilices eluda el exterior seco e infunda humedad por toda la carne. Puede cortarla con un cuchillo o partirla entre dos tenedores en trozos del tamaño de un bocado.
Pechuga de pollo para freír
El olor que desprende por toda la casa hace que hasta el día más frío y húmedo resulte cálido y acogedor. Así que desde que el tiempo ha bajado un poco, he estado deseando hacer pechugas de pollo a la sartén y beber vino mientras cocino (seamos realistas).
En cuanto al pollo, tendrás que quitar TODOS los huesos de las costillas. Estoy bastante segura de que hay un término más técnico para esos “huesos de las costillas”, pero ya me entiendes. Necesitarás una tabla de cortar y un cuchillo de deshuesar o de filetear fino y afilado para poder separar fácilmente la carne de la pechuga de los huesos.
Ya ves lo fácil que es. Continúa. No pares hasta que hayas retirado por completo toda la sección de las costillas de cada una de las cuatro pechugas de pollo. Si eres como yo y necesitas verlo mejor, aquí tienes un vídeo de referencia.
Trabajé en dos tandas (de dos) y añadí las pechugas de pollo con la piel hacia abajo en una sartén preparada. Deje que se cocinen durante 6-8 minutos más o menos. No intente moverlas alrededor de la sartén o levantarlas y comprobarlas cada 5 segundos o hará una de estas dos cosas: a) Romperá la misma piel que está intentando crujir – siempre soy culpable de eso, ¡incluso esta noche cuando hice estas! Hey, es la vida real y sucede. O b) Nunca conseguirás dorar bien el pollo. Y punto. Así que presta atención, porque cuando el pollo esté listo para darle la vuelta, te lo hará saber porque la piel se despegará fácilmente de la sartén. Así de fácil.
Souvlaki de pollo
Las pechugas de pollo son prácticas, pero también pueden ser tu peor enemigo en la cocina. Tienen potencial para ser tiernas, jugosas y sabrosas, pero si no tienes cuidado pueden resultar secas, gomosas y duras. No tema. Estamos aquí para traerte 26 recetas que reavivarán tu amor por la pechuga de pollo. Reimagine el pollo con estas chuletas llenas de sabor, bien condimentadas, tiernas y jugosas.
En este guiso de pollo y lentejas negras, intensamente reconfortante y especiado, el jengibre fresco, el ajo, los tomates y el vino blanco se infusionan con Berbere, una mezcla de especias etíopes. Si no puede conseguir Berbere, puede sustituirlo por una cantidad igual de Garam Masala para obtener un perfil de sabor similar.
En esta deliciosa versión del clásico cordon bleu de pollo, el pesado relleno de jamón y queso suizo se sustituye por havarti cremoso y tomillo. En lugar de empanar las chuletas, se saltean con un ligero rebozado de harina y huevo.
“Admito que nada puede sustituir a un buen pollo frito”, dice el chef John Currence. “Pero éste es un tremendo impostor”. Añade té dulce a su adobo; los taninos ayudan a ablandar las aves, mientras que el azúcar les da una ligera curación. La salsa que lo acompaña tiene mucho sabor gracias a las tiras de cebolla caramelizada.