Cómo Congelar Remolacha: Consejos y Recomendaciones
La remolacha es un vegetal versátil y nutritivo que se puede utilizar en una amplia variedad de platos, desde ensaladas hasta sopas y guarniciones. Sin embargo, a veces compramos una gran cantidad de remolachas y no sabemos cómo conservarlas adecuadamente para que no se echen a perder. En este artículo, te enseñaré cómo congelar la remolacha de manera fácil y efectiva, para que puedas disfrutar de su sabor y beneficios durante todo el año.
1. Elige las remolachas adecuadas:
Antes de empezar el proceso de congelación, asegúrate de seleccionar remolachas frescas y de buena calidad. Busca aquellas que sean firmes, sin manchas ni daños visibles. Además, es importante elegir remolachas de tamaño similar para que se cocinen de manera uniforme.
2. Lava y pela las remolachas:
Una vez que tengas las remolachas adecuadas, lávalas minuciosamente bajo agua fría para eliminar cualquier suciedad o residuos de tierra. Después, pela cada remolacha utilizando un pelador de vegetales. Es recomendable utilizar guantes para evitar que tus manos se manchen con el jugo rojo intenso de la remolacha.
3. Cocina las remolachas:
La remolacha se puede cocinar de diferentes maneras antes de ser congelada. Una opción es hervirla: coloca las remolachas en una olla grande con suficiente agua para cubrirlas y añade sal al gusto. Lleva el agua a ebullición y cocina las remolachas hasta que estén tiernas. Esto suele tardar entre 30 y 60 minutos, dependiendo del tamaño de las remolachas. Otra opción es asar las remolachas en el horno envueltas en papel de aluminio a 200°C durante aproximadamente una hora, o hasta que estén tiernas al insertar un tenedor.
4. Enfría y corta las remolachas:
Una vez que las remolachas estén cocidas, retíralas del agua hirviendo o del horno y déjalas enfriar completamente. Luego, corta las remolachas en rodajas o en cubos, según tus preferencias. Puedes cortarlas en diferentes tamaños para adaptarse a distintas recetas en el futuro.
5. Congela las remolachas:
Para congelar las remolachas, hay dos métodos que puedes utilizar: congelación en crudo o escaldado.
– Congelación en crudo: coloca las rodajas o cubos de remolacha en una bandeja para hornear previamente forrada con papel encerado o una lámina de silicona. Asegúrate de que las piezas no se toquen entre sí. Mete la bandeja en el congelador y déjala allí durante unas horas, o hasta que las remolachas estén completamente congeladas. Una vez congeladas, transfiérelas a bolsas de congelación, etiquétalas con la fecha y guárdalas en el congelador.
– Escaldado: este método implica sumergir las rodajas o cubos de remolacha en agua hirviendo durante aproximadamente 3-5 minutos. Después, retíralas del agua caliente y enfríalas rápidamente sumergiéndolas en un recipiente con agua fría y hielo. Escurre bien las remolachas y colócalas en bolsas de congelación, etiquetando y almacenando en el congelador.
6. Tiempo de almacenamiento:
Las remolachas congeladas pueden conservarse en el congelador hasta por 10-12 meses sin perder su sabor o calidad nutritiva. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la textura puede cambiar ligeramente después de descongelarlas, volviéndose más blandas. Por eso, es recomendable utilizar las remolachas congeladas en platos cocinados, como sopas, guisos o purés.
Ahora que sabes cómo congelar remolacha de manera adecuada, podrás disfrutar de su delicioso sabor y beneficios para la salud en cualquier momento del año. Recuerda etiquetar las bolsas de congelación con la fecha para facilitar el seguimiento del tiempo de almacenamiento. ¡No dudes en experimentar con diferentes recetas que incluyan remolacha y sorprende a tus seres queridos con platos llenos de color y sabor!