Nutriscore france
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el porcentaje de obesidad se ha duplicado como mínimo en un total de 73 países desde 1980. El 13% de todos los adultos del mundo se consideran obesos (definición según la OMS: sobrepeso: un IMC de 25-29,9, obesidad: un IMC superior a 30). Para contrarrestar el creciente sobrepeso de la población, se espera que en el futuro los envases informen a los consumidores de la UE de los valores nutricionales de los alimentos y bebidas. Sin embargo, aún no se ha llegado a un acuerdo.
En su lugar, se ha llegado a un acuerdo para proporcionar información tabular de un total de siete valores nutricionales en los alimentos envasados: sobre energía, grasas, grasas saturadas, hidratos de carbono, azúcar, proteínas y sal. Las cifras se refieren al contenido por 100 gramos y 100 mililitros, respectivamente. Sin embargo, los críticos se oponen a la minúscula escritura de la información impresa en el reverso de los envases. Sostienen además que la información es incomprensible para los profanos; además, no hace ninguna recomendación a favor o en contra del consumo.
Auchan nutri-score
La etiqueta Nutri-Score está en el punto de mira: El lobby alimentario alemán quiere cambiar la etiqueta del semáforo para que los productos poco saludables parezcan más sanos. Con estos cambios, incluso varias bebidas azucaradas obtendrían luz verde por su “buena calidad nutricional”.
Las empresas alimentarias presionan febrilmente para cambiar la base de cálculo de la Nutri-Score. Se han presentado numerosas demandas sin base científica, sobre todo por parte de la Federación Alimentaria Alemana, la principal asociación de la industria alimentaria alemana.
Al principio, el lobby alimentario pretendía impedir la introducción de la Nutri-Score; ahora espera que el sistema de etiquetado sea lo menos perjudicial posible para los fabricantes. ¡No podemos permitir que las asociaciones del lobby tengan éxito con este plan!
Los grupos de presión del sector alimentario trabajan a marchas forzadas para rebajar los umbrales de cálculo de la Nutri-Score, de modo que los productos poco saludables parezcan más sanos a los ojos de los compradores. Un buen ejemplo es el zumo de fruta: como las bebidas azucaradas son una de las principales causas de obesidad, la actual etiqueta Nutri-Score calcula el contenido de azúcar de las bebidas de forma más estricta que el de los productos alimenticios sólidos. Si el lobby se sale con la suya, el zumo de uva recibiría una A verde en lugar de una E roja, ¡a pesar de que contiene un 60% más de azúcar que la Coca-Cola!
Tabla de grados nutricionales
En los últimos meses, una serie de opiniones negativas e información engañosa sobre la etiqueta nutricional de la parte frontal del envase Nutri-Score (adoptada por Francia en 2017, y más recientemente por Bélgica, España, Alemania y los Países Bajos) han estado circulando en las redes sociales, en diversos medios de comunicación y, a veces, incluso en palabras de destacadas personalidades políticas. Este fenómeno se ha acentuado especialmente en las últimas semanas, probablemente en relación con los actuales debates, muy mediatizados, en varios países europeos que están considerando implantar una etiqueta nutricional FOP, y a la vista de las discusiones que están teniendo lugar en los órganos de la Comunidad Europea en Bruselas.
A continuación se presentan diversas fake news que han aparecido en los últimos meses en las redes sociales y para las que explicamos su falta de seriedad. Por razones de homogeneidad hemos traducido al inglés los verbatims que circulan en español, inglés, flamenco, italiano o francés en las redes sociales o en la prensa.
2) Como consecuencia de lo anterior, actualmente es imposible ponderar la contribución relativa de cada dimensión de un alimento, para ofrecer una puntuación sintética que sería idealmente predictiva de un nivel global de riesgo para la salud. Algunas aplicaciones pueden ofrecerla, pero no tienen una base científica válida y sólida. Las cuestiones metodológicas son numerosas y siguen sin resolverse: medición precisa del riesgo atribuible a cada una de las dimensiones, a cada uno de los distintos componentes potencialmente incriminados, posible efecto cóctel, etc. De hecho, el cálculo de un índice único para caracterizar la calidad sanitaria global de un alimento, que podría conducir en última instancia a un juicio absoluto, no se basa en fundamentos científicos suficientemente sólidos y es, por tanto, bastante arbitrario.Por último, en lo que respecta a los aditivos y plaguicidas, cuando existen pruebas suficientes de un riesgo para la salud, la respuesta desde el punto de vista de la salud pública no es la información del consumidor a través de un logotipo, sino la retirada del elemento en cuestión de la cadena alimentaria, según un principio de gestión del riesgo sanitario. Este es el caso actual del controvertido aditivo E171, cuya retirada han anunciado muy recientemente las autoridades francesas.
Productos Nutri-score a
Se trata de una etiqueta en el envase de los alimentos que los clasifica calculando una puntuación nutricional basada en una escala de cinco colores -en la que la “A”, o verde, representa la opción más saludable, y la “E”, o roja, la menos saludable-, lo que otorga al alimento un perfil nutricional generalmente positivo o negativo.
Como consumidores responsables, queremos normas de etiquetado sencillas y claras que nos ayuden a comprender los componentes nutricionales de los productos que compramos, para poder compararlos fácilmente con otros y tomar decisiones con conocimiento de causa.
El problema surge cuando el resultado del algoritmo subyacente en el sistema Nutri-score para un producto determinado da lugar a una etiqueta que engaña claramente a los consumidores y les orienta hacia productos de menor calidad. En tales circunstancias, esperaríamos que las autoridades y los expertos que están detrás del algoritmo entendieran qué ha fallado y lo arreglaran.
Y esto es sólo un ejemplo, porque lo que el esquema Nutriscore hace sistemáticamente es socavar los productos naturales que son símbolos de la dieta mediterránea, la mayoría de los cuales ya tienen un ¨sello de calidad de la UE¨, y sobre promocionar productos industriales que son menos saludables para nuestros niños y consumidores.