Sopa de pollo para bebé con fiebre
1. En una olla o cazuela grande calentar el aceite de coco. Si utiliza pollo crudo, sazónelo con sal y pimienta por ambos lados. Coloque el pollo en la olla y dórelo por todos los lados durante 1-2 minutos. Pasar a un plato.
3. 3. Verter el vinagre de sidra de manzana y raspar los trozos dorados del fondo de la olla. Añadir el caldo de pollo, las hojas de laurel y los trozos de pollo. Tapar y cocinar durante 20 minutos o hasta que el pollo esté bien cocido.
1. En una olla o cazuela grande calentar el aceite de coco. Si se utiliza pollo crudo, sazonar con sal y pimienta por ambos lados. Colocar el pollo en la olla y dorar por todos los lados durante 1-2 minutos. Pasar a un plato.
3. 3. Verter el vinagre de sidra de manzana y raspar los trozos dorados del fondo de la olla. Añadir el caldo de pollo, las hojas de laurel y los trozos de pollo. Tape y cocine durante 20 minutos o hasta que el pollo esté bien cocido.
¿Por qué es buena la sopa de pollo cuando estás enfermo?
El ajo, el jengibre y el cúrcuma son ingredientes imprescindibles de la sopa de pollo si quiere asegurarse de que su próxima tanda de “penicilina judía” sea un verdadero antigripal y no un mero remedio popular. También es esencial un caldo de pollo bien preparado. La proteína de pollo proporciona una amplia fuente de cisteína, un aminoácido químicamente similar a un fármaco conocido como acetilcisteína, que puede eliminar la mucosidad. La gelatina del caldo real también añade una textura aterciopelada y un rico sabor.
1. Para hacer el caldo, coloque el pollo entero (más los trozos adicionales: patas, cuellos, alas, etc.) en una olla grande, con las verduras, las hierbas y el vinagre. Cúbrelo con agua fría.
Truco Frugavore: Después de retirar la carne de los huesos, puedes hacer otra tanda de caldo cubriendo los huesos con agua, añadiendo un poco de tomillo, apio, zanahoria y cebolla y cociendo a fuego lento durante dos horas más. Utilízalo como base para tu próxima sopa.
Qué añadir al caldo de pollo cuando se está enfermo
A medida que nos despedimos del verano y damos la bienvenida a los meses más fríos del otoño y el invierno, otra cosa que tiende a hacer una aparición menos que bienvenida en esta época del año es la temporada de resfriados y gripe. Aunque no nos gustan nada los resfriados, nos encanta que haga fresco porque así tenemos más excusas para acurrucarnos con un gran tazón de sopa o un delicioso caldo. Por suerte, como muchos de vosotros sabéis, la sopa y el resfriado común van de la mano, pero lo que quizá no sepáis es que la sopa, el caldo y ciertos alimentos en general no sólo son calmantes, sino que pueden ayudar a reducir los síntomas y prevenir la enfermedad al reforzar el sistema inmunitario.
Varias culturas apuestan por la sopa de pollo para recuperar la salud de los enfermos y, aunque por supuesto es reconfortante, la ciencia demuestra que la sopa de pollo puede ayudar a combatir las infecciones. Un estudio notable demostró que la sopa de pollo disminuye la presencia de glóbulos blancos asociados con la inflamación en las afecciones de las vías respiratorias superiores que a menudo afectan a los resfriados, lo que sugiere que fomenta una respuesta inmunitaria más eficaz y ayuda a que los síntomas desaparezcan más rápidamente.
Sopa de pollo para el niño resfriado
Un tazón de sopa de pollo con fideos caliente, humeante y reconfortante es justo lo que te ha recetado el médico cuando estás resfriado. Aunque los ingredientes de la sopa de pollo con fideos están ahí para dar sabor, también aportan importantes beneficios para la salud.
El caldo aporta líquidos hidratantes y electrolitos como sodio, potasio y magnesio. Esto es especialmente útil cuando se tiene fiebre y se corre el riesgo de deshidratarse. El vapor del caldo caliente también puede abrir las fosas nasales y ayudarte a respirar mejor.
La sopa de pollo con fideos es ligera y fácil de digerir, y bastante nutritiva. Aporta los nutrientes justos para mantener la energía cuando no apetece mucho comer. Una ración de una taza de sopa de pollo casera tiene:
Además de proteínas, también aporta zinc, vitamina A, vitamina C, antioxidantes y otros nutrientes que refuerzan el sistema inmunitario. Esa amplia gama de nutrientes es importante porque todos trabajan juntos para ayudar a tu cuerpo a recuperarse. Si quieres sacar aún más partido a tu sopa, no dudes en añadir otros ingredientes saludables. Algunas buenas opciones son: