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Hay un dicho que dice que, para un vasco, la primera prioridad es la comida y la segunda es “¿Qué hay para cenar?”. Cuando un vasco propone a otro “Vamos a caminar por el monte el domingo”, la respuesta más probable no es “¿Qué monte?”, sino “¿Qué comida nos llevamos?” o “¿En qué restaurante cenamos después?”. Al leer un periódico regional, no es raro ver un anuncio solemne como éste: “La Cofradía de la Morcilla de Beasain celebrará mañana su Asamblea Anual”. Aquí la comida es religión.
La calidad lo es todo: cada vasco tiene una opinión sobre dónde encontrar el mejor queso, jamón, marisco y chuletón. Además, estarán encantados de discutirlo largo y tendido entre ellos y con cualquiera que esté dispuesto a escucharles. La buena cocina es universal: el pueblo come como los reyes y los reyes (si quedara alguno) comerían como el pueblo. Esta obsesión por la comida no significa que se atiborren sin tener en cuenta las consecuencias. No se ven muchos vascos con sobrepeso, algo que se debe en parte a una dieta sana -en los dos sentidos de la palabra- y en parte a su estilo de vida activo y su afición al deporte.
Cómo cocinar la morcilla en el horno
Placer calórico donde los haya, el chorizo frito es un tentempié perfecto para cualquier día. Sabemos que con moderación, claro, porque tiene calorías para dar y regalar, pero de vez en cuando es un pequeño capricho que nos gusta darnos.
Sin embargo, freír bien el chorizo no es tan sencillo. Sobre todo cuando cometemos pequeños errores en la cocción que facilitan que el interior siga crudo, pero sin embargo el exterior esté más que pasado.
En ambos casos, el chef de Beasain recomienda que nunca quitemos la piel que envuelve a ninguno de estos dos embutidos representativos de nuestras parrillas y nuestras barbacoas, ya que será la cáscara la que les permita mantener su forma en la sartén o freidora.
Además, el cocinero vasco recomienda que el chorizo se fría entero, no troceado. Aunque si lo partimos terminaremos antes la tarea, es cierto que también quedará más seco. Como mención especial, es posible que aún esté más graso si lo freímos en trozos pequeños.
Turismo en San Sebastián
Esta zona está situada en el corazón del País Vasco, en el sureste de la provincia de Gipuzkoa, con buena accesibilidad desde cualquiera de sus tres capitales: Vitoria, Donostia-San Sebastián y Bilbao. Esta comarca cuenta con 18 pueblos con encanto, la mayoría de menos de 1.000 habitantes, donde disfrutar de la tranquilidad. Pueblos que combinan cultura y patrimonio con aire puro, caseríos donde alojarse en medio de montañas con paisajes fascinantes situados entre el Parque Natural de Aralar y el Parque Natural de Aizkorri-Aratz. Pasar unos días aquí es siempre sinónimo de desconexión.Otro atractivo es la gastronomía local. De hecho, la comarca del Goierri, con su proyecto “Goierri Gastronomika: Territorio Idiazabal”, ganó los Premios EDEN 2015 (Destino Europeo de Excelencia) por su apuesta por la sostenibilidad en la gastronomía.
Además de probar el queso Idiazabal, comer en Goierri es una inmersión en el recetario del País Vasco rural: puedes degustar la tortilla de bacalao, el txuleton (costilla a la parrilla), pescados a la brasa acompañados de un vaso de sidra, la morcilla de Beasain con alubias… Disfruta de su cerveza local Basabe, que sólo encontrarás en Goierri, porque las 30.000 botellas que producen al año se consumen en la comarca; o del vino más famoso de toda la zona: el txakoli; y puedes visitar una pequeña bodega familiar en Olaberria que produce una variedad ecológica de este vino.
Sans sebastian, españa
Son muchas las líneas escritas y cubiertas por los medios de comunicación locales e internacionales sobre San Sebastián y sus alrededores como meca gastronómica. El seductor enclave costero vasco, bañado por las aguas del Cantábrico y situado en el norte de España, a apenas 20 minutos de Francia, cuenta con el mayor número per cápita de estrellas Michelin del mundo occidental (17 estrellas concentradas en 10 restaurantes, en 2014).
La silueta que se dibuja desde el Peine del Viento (conjunto escultórico de acero de Eduardo Chillida, 1976), el punto más occidental, hasta la playa de Ondarreta, el Pico del Loro, la playa de La Concha, el Monte Urgull (una colina junto al océano situada en el Casco Viejo o Parte Vieja), el palacio de congresos Kursaal de Rafael Moneo, la playa de ambiente surfero de Zurriola y el Monte Ulía es admirada por los visitantes y saboreada por los locales.
En primer lugar, la proximidad tanto del océano como de las montañas llevó al pueblo vasco a convertirse en fuertes pescadores, hábiles pastores y laboriosos agricultores que se enamoraron del arte de labrar la tierra.
El País Vasco ha sido tradicionalmente un matriarcado. Hace unos siglos, gobernar la cocina significaba gobernar todo el sistema en los caseríos tradicionales vascos. Así, las mujeres transmitían de generación en generación todos los conocimientos aprendidos durante horas y horas de cocción en los fogones de sus cocinas.