Caracol de mar
He aquí un plato fresco y refrescante, muy fácil de hacer, con el que los amantes del marisco pueden soñar para los meses de calor que se avecinan. La primera vez que comimos estos caracoles fue en un restaurante del barrio y quedamos tan encantados con estos sabrosos bocados dulces que decidimos intentar hacerlos nosotros mismos. Por suerte, vivimos en la ciudad portuaria de Hong Kong, donde los fabulosos mercados locales abastecen al intrépido comprador con un sinfín de variedades de mariscos súper frescos. Y así pudimos conseguir estas delicias sin cáscara y hacer nuestra versión de Caracoles de mar cocinados a fuego lento con sake y salsa de soja 清酒鼓油煮花螺, la delicia de marisco perfecta para preparar una cena o, mejor aún, para tomar como aperitivo con una copa de vino bien fría. Ah… ¡esos días perezosos de verano!
El marisco que hemos utilizado para este plato de marisco es el humilde caracol de mar, concretamente el Babylonia Areolata, conocido como 花螺, 風螺, o 鳳螺. Pero podrías utilizar cualquier tipo comestible de caracol de mar (también conocido como whelk) fresco (o congelado) que puedas conseguir, ¡realmente hay muchas variedades! Los Babylonia Areolata son caracoles pequeños, de aproximadamente 1 1/4″, así que tenga en cuenta que si utiliza caracoles más grandes o más pequeños tendrá que ajustar la receta. Al ajustar la receta, lo importante es que haya suficiente líquido en la olla para cubrir los caracoles.
Cómo cocinar caracoles de mar grandes
Los caracoles y los bígaros se pueden preparar de forma similar a la mayoría de los mariscos. La siguiente receta está inspirada en una preparación básica de mejillones al vino blanco con un poco más de picante. Ya sabe, porque soy yo. lol
Para limpiar y cocinar los caracoles de mar pequeños, hiérvalos durante unos 25 minutos en una olla con agua salada. Esto eliminará la arena y la arenilla atrapadas dentro de la concha y cocinará la carne del caracol. Para los caracoles grandes, como la caracola y la bocina, le sugiero que los cocine muy rápidamente o no los cocine en absoluto, o que los cocine durante mucho tiempo para lograr un caracol tierno, también puede ahorrar tiempo y gas cocinándolos en una olla a presión.
Para sacar el caracol de mar de su concha, utilice un alfiler grueso y afilado para arponear y sacar el caracol cocido. No olvide retirar el opérculo. Los bígaros suelen comerse enteros, pero si lo prefiere, puede retirar las zonas oscuras y blandas.
Las lapas son caracoles marinos con una concha cónica aplanada. Para asarlas, basta con colocar las lapas con la concha hacia abajo en una parrilla caliente y cubrirlas con chalotas picadas y la mantequilla o el aceite que prefiera.
Dónde comprar caracoles de mar para comer
CARACOLES DE VINO DE COCOIngredientes:Hay un poco de preparación para cocinar los caracoles… especialmente cuando se pescan frescos.**Nota al margen** Investigué un poco sobre la cocción de caracoles en la web y encontré que hay un amplio espectro de tiempos de cocción (desde 4 minutos hasta 10, 20 y hasta 45 minutos). Demasiado confuso… así que decidí probarlo yo misma en incrementos de 5, 10, 20, 30 y 40 minutos. Encontré que los 30 minutos eran los mejores – tiernos y jugosos. Sabiendo que lo voy a cocinar unos 5-10 minutos más con la salsa, dejé de hervirlo a los 20 minutos.
Escargot de caracol de mar
Los caracoles se consideran comestibles en algunas zonas como la región mediterránea, África o el sudeste asiático, mientras que en otras culturas se consideran alimentos tabú. En el inglés americano, los caracoles terrestres comestibles también se denominan escargot, tomado de la palabra francesa para “caracol”,[1] y la producción de caracoles para el consumo se denomina cría de caracoles o helicicultura. Los caracoles como alimento se remontan a la antigüedad, y numerosas culturas de todo el mundo tienen tradiciones y prácticas que atestiguan su consumo.
Los caracoles se recogen después de las lluvias, y se ponen a “purgar” (ayunar). Antiguamente, el consumo de caracoles tenía una marcada estacionalidad, de abril a junio[2], pero gracias a las técnicas de cría de caracoles, hoy en día están disponibles todo el año. La helicicultura se da principalmente en España, Francia e Italia, que son también los países con mayor tradición culinaria del caracol[3] Aunque a lo largo de la historia el caracol ha tenido poco valor en la cocina por ser considerado “alimento de pobreza”, en los últimos tiempos se puede clasificar como un manjar gracias al aprecio que le dan los chefs de alta cocina[4][5].